“Aquella sonrisa podía acabar con guerras y
curar el cáncer”
El Teorema Katherine es, de momento, la historia más
floja de Green, aunque no significa que sea mala. Con un humor inteligente al
que nos tiene acostumbrados, una historia que de alguna manera te marca y con
pequeñas dosis de reflexión, es un libro que sigue aportando los toques
personales del autor y que convierten esta historia en algo diferente que
consigue engancharte por completo de nuevo.
A Colin le han vuelto a dejar. Otra Katherine. La número diecinueve. Con el
corazón roto, Colin está perdido, dolorido y algo desorientado y es por ello
que, cuando su mejor y único amigo, Hassan, le propone coger el coche y
conducir hasta que el camino de grava se termine y lleguen al fin del mundo,
acepta. Durante el trayecto irán descubriendo nuevos paisajes y zonas y, cuando
descubran que el duque Francisco Fernando, aquel hombre que desató la I Guerra
Mundial, está enterrado en el curioso y variopinto pueblecito de Gutshot,
decidirán visitarlo parar para saludarle. Pero Colin y Hassan encuentran algo
más en ese pueblo de lo que esperaban. Allí conocen a una chica la mar de
interesante, Lindsay Lee Wells, que al principio les hará de guía por la tumba
y les enseñará el pueblo. Será su madre, Hollis, la que ofrezca un trabajo a
Colin y a Hasan y es por ello que se quedarán un tiempo en el pueblo. Mientras
entrevistan a los habitantes para conocer su historia y así ganarse el sueldo,
conocer a nueva gente, empiezan a crecer personalmente, a vivir nuevas
experiencias y a disfrutar de la vida, Colin intentará averiguar que puede
haber fallado en todas sus relaciones para que lo hayan tenido que dejar e
intentará crear un teorema que pueda predecir el futuro de las parejas. Pero es
posible que se interponga en su camino un obstáculo que no esperaba que le
desbarate todo lo que había conseguido hasta ahora y provoque un gran cambio en
su vida.
En El Teorema Katherine, John Green nos sumerge en una
historia inteligentemente elaborada, donde la superación, los términos
matemáticos, los viajes por carretera y el aprender a vivir la vida se entremezclan
para concluir en una trama realmente fresca y dotada con un gran humor. Todo el
libro está narrado en tercera persona estando siempre con Colin y, es por ello,
que nos vamos a encontrar dentro de su vida pasada y de su vida en el presente.
El libro empieza directamente con Colin con el corazón roto y ese viaje que los
trasladará hacia Gutshot. No son capítulos que tengan algo especial ya que
sirven para introducirnos a lo que nos viene, que es cuando la trama cambia y
se va volviendo más interesante y entretenida. He de decir que, aunque el libro
se me ha pasado volando y se me ha hecho bastante corto y ligero, hay cosas que
se vuelven un poco repetitivas y confusas ya que los problemas y teoremas
matemáticos están presentes en casi todos los primeros capítulos y, si eres una
negada para las matemáticas como yo lo soy, poco te enteras y es más difícil
entender completamente todo lo que se trae entre manos tanto John como Colin.
Pero por todo lo demás, para mi ha sido una lectura que me ha parecido muy
cómoda, con detalles muy interesantes que me han encantado saber, que le dan al
libro un toque más inteligente y especial y con un viaje al pasado que le ha
venido que ni pintado, ya tenemos así un soplo de aire fresco y nos separamos
de esa monotonía un rato, encontrándonos historias diferentes donde las
carcajadas estás aseguradas debido a que Green ha creado unas anécdotas para
Colin y sus "dejadoras" la mar de cómicas. El Teorema
Katherinees, por tanto, un libro con doble trama: la vida del presente que
se caracteriza por la búsqueda de una solución a la mala racha de amor que
tiene Colin mientras intenta superar a todas las Katherines y vive primeras
experiencias que en más de una ocasión me han tenido enganchadas a las páginas
del libro, con una historia sencilla y sin nada de complicaciones, teniendo
también una vida pasada, donde abundan las risas, donde la lectura sigue siendo
directa sin enrollarse demasiado y seguimos aprendiendo cosas nuevas,
provocando que se lean con mucha facilidad y rapidez todas esas partes.
En esta ocasión, tengo que destacar algo que me ha encantado encontrarme en este libro que me ha sido de gran ayuda: las anotaciones a pie de página. Han estado increíbles, dándonos toda esa información extra que hace falta para no perder el hilo en ningún momento y la cual amplía incluso más la trama, ya que será ahí donde también nos encontraremos algunos sucesos de nuestros personajes que John ha querido abreviar de esa forma. Pero también han servido de diccionario pues Colin y Hassan hablan en más de una ocasión en árabe o en alemán y han sido de gran ayuda. Por último, los pie de página tienen una tercera función y es la de esclarecer nombres históricos importantes, al igual que sucesos o, en el caso matemático, la explicación de algunas cuentas y operaciones que Colin deberá de hacer si quiere conseguir su Eureka. Quiero señalar también, siguiendo con la edición del libro, el apéndice que se nos regalan para meternos de lleno en la cabeza de Colin, pues serán unas páginas dedicadas por completo a su planteamiento y proceso durante todo su teorema, donde se nos explica paso a paso cada ecuación que se ha tenido que realizar para seguir avanzando en el complejo problema.
El único pero que le voy a sacar al libro es la poca profundidad que tienen la mayoría de los personajes, lo poco aprovechados que me han parecido estos en comparación con los libros anteriores y la rapidez con la que John Green zanja la mayoría de los asuntos. Colin y Hassan son los dos protagonistas con diferencia de esta historia, pero es que hasta a Hassan poco lo he conocido porque no se nos cuenta gran cosa sobre él. Con Lindsay pasa igual, se sabe algo de su pasado pero no se juega mucho con su historia y queda muy plana. Además, John introduce personajes secundarios que poco hacen en todo este asunto, colocados ahí, eso sí, de manera muy estratégica para darle marcha a algunas escenas. Algunas veces me ha dado la impresión de que estaban metido a la fuerza para un propósito y como si fuera una obligación tener que meter a esos personajes, ya que tampoco los ha aprovechado y a más de uno, le pasaba cualquier cosa y a las pocas páginas todo estaba resuelto y hablado. Se que John le da más volumen a esos personajes que se quedan escondido debajo de los principales y me ha sabido a poco los que hay en El Teorema Katherine.
A John Green lo he visto aquí más verde que en sus dos obras anteriores, repitiéndose cada dos por tres y convirtiendo la lectura en los planteamientos y siempre centrándose en lo mismo. No nos podemos olvidar de su estilo, que aparece, pero no con la misma intensidad ya que las reflexiones son menores, hay pocos momentos que se te quedan grabados para luego recordarlos una y otra vez y no es una historia tan profunda y sentimental. La pluma de Green sigue siendo extraordinaria, como he dicho ya un par de veces, muy inteligente y usa un vocabulario más "grosero", añadiendo palabrotas e incluso palabras muy fuertes, pero es un vocabulario común y sabe como hacerte sentir al lector cómodo.
Ya he mencionado que algunos de los personajes los ha dejado a medio camino a mi parecer y, por ello, no he conseguido identificarme con ninguno, pero hablaré de ellos más detenidamente. Empezando por Collin, es un chico muy inteligente. En serio, es superdotado y, desde pequeño, sabe leer a la perfección, resolver cualquier cosa que se le ponga por delante y se tiene que adherir a lo que su padre diga, ya que lo único que quiere este es que siga mejorando. Es por ello que a veces Colin me ha exasperado, ya que se come demasiado el coco, es muy tozudo, se obsesiona con el teorema y se enfrasca dentro de su mente. Me gustaba cuando bromeaba, se abría más y dejaba ver otro Colin, pero casi siempre estaba por delante el Colin inteligente. Hassan es un chico musulmán que, bueno, es bastante peculiar. ¿Porqué? Pues porque apenas se dedica a su religión y es bastante vago para hacer las cosas. No se matricula en la Universidad por eso, prefiere sentarse en el sofá a ver su serie de televisión preferida mientras se hincha de hamburguesas. Me ha caído mejor Hassan que Colin porque es, de los dos, el que más tiene los pies en la tierra y anima a Colin en todo: le anima, le da consejos, le hace reír y es su mejor amigo pase lo que pase.
Lindsey es una chica a la que iremos conociendo poco a poco, aunque es una chica con un carácter fuerte, valiente y decidida. También es muy bromista y hará migas pronto con nuestros dos chicos. Tiene una historia pasada algo oscura y, aunque antes se comportaba de una manera, ha ido cambiando y, aunque parece que poco le importa lo que le suceda, en realidad le afecta de alguna manera. Hollis, aunque sale más bien poco, me ha gustado mucho porque lo da todo por los demás, arriesgándose y poniéndose por delante para que a la gente le vaya bien y no tengan que sufrir.Y de los demás personajes me gustaría hablar, pero ya he dicho que son bastante planos a los cuales no se conocen prácticamente, así que no tengo nada que decir sobre ellos.
En esta ocasión, tengo que destacar algo que me ha encantado encontrarme en este libro que me ha sido de gran ayuda: las anotaciones a pie de página. Han estado increíbles, dándonos toda esa información extra que hace falta para no perder el hilo en ningún momento y la cual amplía incluso más la trama, ya que será ahí donde también nos encontraremos algunos sucesos de nuestros personajes que John ha querido abreviar de esa forma. Pero también han servido de diccionario pues Colin y Hassan hablan en más de una ocasión en árabe o en alemán y han sido de gran ayuda. Por último, los pie de página tienen una tercera función y es la de esclarecer nombres históricos importantes, al igual que sucesos o, en el caso matemático, la explicación de algunas cuentas y operaciones que Colin deberá de hacer si quiere conseguir su Eureka. Quiero señalar también, siguiendo con la edición del libro, el apéndice que se nos regalan para meternos de lleno en la cabeza de Colin, pues serán unas páginas dedicadas por completo a su planteamiento y proceso durante todo su teorema, donde se nos explica paso a paso cada ecuación que se ha tenido que realizar para seguir avanzando en el complejo problema.
El único pero que le voy a sacar al libro es la poca profundidad que tienen la mayoría de los personajes, lo poco aprovechados que me han parecido estos en comparación con los libros anteriores y la rapidez con la que John Green zanja la mayoría de los asuntos. Colin y Hassan son los dos protagonistas con diferencia de esta historia, pero es que hasta a Hassan poco lo he conocido porque no se nos cuenta gran cosa sobre él. Con Lindsay pasa igual, se sabe algo de su pasado pero no se juega mucho con su historia y queda muy plana. Además, John introduce personajes secundarios que poco hacen en todo este asunto, colocados ahí, eso sí, de manera muy estratégica para darle marcha a algunas escenas. Algunas veces me ha dado la impresión de que estaban metido a la fuerza para un propósito y como si fuera una obligación tener que meter a esos personajes, ya que tampoco los ha aprovechado y a más de uno, le pasaba cualquier cosa y a las pocas páginas todo estaba resuelto y hablado. Se que John le da más volumen a esos personajes que se quedan escondido debajo de los principales y me ha sabido a poco los que hay en El Teorema Katherine.
A John Green lo he visto aquí más verde que en sus dos obras anteriores, repitiéndose cada dos por tres y convirtiendo la lectura en los planteamientos y siempre centrándose en lo mismo. No nos podemos olvidar de su estilo, que aparece, pero no con la misma intensidad ya que las reflexiones son menores, hay pocos momentos que se te quedan grabados para luego recordarlos una y otra vez y no es una historia tan profunda y sentimental. La pluma de Green sigue siendo extraordinaria, como he dicho ya un par de veces, muy inteligente y usa un vocabulario más "grosero", añadiendo palabrotas e incluso palabras muy fuertes, pero es un vocabulario común y sabe como hacerte sentir al lector cómodo.
Ya he mencionado que algunos de los personajes los ha dejado a medio camino a mi parecer y, por ello, no he conseguido identificarme con ninguno, pero hablaré de ellos más detenidamente. Empezando por Collin, es un chico muy inteligente. En serio, es superdotado y, desde pequeño, sabe leer a la perfección, resolver cualquier cosa que se le ponga por delante y se tiene que adherir a lo que su padre diga, ya que lo único que quiere este es que siga mejorando. Es por ello que a veces Colin me ha exasperado, ya que se come demasiado el coco, es muy tozudo, se obsesiona con el teorema y se enfrasca dentro de su mente. Me gustaba cuando bromeaba, se abría más y dejaba ver otro Colin, pero casi siempre estaba por delante el Colin inteligente. Hassan es un chico musulmán que, bueno, es bastante peculiar. ¿Porqué? Pues porque apenas se dedica a su religión y es bastante vago para hacer las cosas. No se matricula en la Universidad por eso, prefiere sentarse en el sofá a ver su serie de televisión preferida mientras se hincha de hamburguesas. Me ha caído mejor Hassan que Colin porque es, de los dos, el que más tiene los pies en la tierra y anima a Colin en todo: le anima, le da consejos, le hace reír y es su mejor amigo pase lo que pase.
Lindsey es una chica a la que iremos conociendo poco a poco, aunque es una chica con un carácter fuerte, valiente y decidida. También es muy bromista y hará migas pronto con nuestros dos chicos. Tiene una historia pasada algo oscura y, aunque antes se comportaba de una manera, ha ido cambiando y, aunque parece que poco le importa lo que le suceda, en realidad le afecta de alguna manera. Hollis, aunque sale más bien poco, me ha gustado mucho porque lo da todo por los demás, arriesgándose y poniéndose por delante para que a la gente le vaya bien y no tengan que sufrir.Y de los demás personajes me gustaría hablar, pero ya he dicho que son bastante planos a los cuales no se conocen prácticamente, así que no tengo nada que decir sobre ellos.
En definitiva, El Teorema Katherine me ha gustado, es un libro el cual he disfrutado y lo he devorado en poco tiempo aunque peca de tener protagonistas y personajes con los que no he conectado a la par que planos. Plagado de historias divertidas, momentos bonitos y una inteligencia brillante, este libro perfecto para leerlo en estos días ya que entretiene y da frescor a estos días calurosos.
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